99
post-template-default,single,single-post,postid-99,single-format-standard,stockholm-core-2.1.8,select-theme-ver-9.6,ajax_fade,page_not_loaded,,qode_menu_,wpb-js-composer js-comp-ver-4.11.2.1,vc_responsive

Daniel Llin, Mozart y el proceso del arte

Este texto que escribo a continuación sobre las reflexiones que hace Mozart sobre el proceso creativo de una obra, me lo dio este pasado domingo Daniel Llin, después de conversar y compartir opiniones entorno al arte y su concepto.

En Mozart, la originalidad consistía en no perseguirla, y el resultado era el afloramiento natural de la “verdadera” belleza sonora.

“Oigo en un momento dado una idea que no es mala. Sí, pues ciertamente no dura mucho como no mala, sino que pronto se convierte en, ¿bella? ¡Dios me libre! Mala y muy mala. Y eso de dos o tres maneras. A saber, que apenas empezada esta idea, viene en seguida alguna otra cosa y la estropea. O bien, que no sabe dar a la idea una conclusión suficientemente natural como para mantenerla buena. O bien la idea no está colocada en el lugar oportuno. O finalmente, la idea queda malograda por culpa de la instrumentación.”

Tags:

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies